En una vida bien llevada encontraremos alegría y cariño, sin embargo, en este mundo también encontraremos algún escollo como el desdeño y también el desafecto de alguna acción u omisión nuestra.
Hiere mucho sentir efectos de desdeño especialmente de quienes no esperamos tal actitud, sin embargo, hay que saber afrontarlos con honor y sin recriminación, pues si hemos obrado bien debemos de mantener el buen criterio y responsabilidad en nuestro trabajo, en nuestro quehacer y en la verdad de lo que expresamos y así lograr el aprecio y el cariño
correspondiente a la empatía y el cariño espiritual entre las personas.
Este desafío ha existido siempre y también ahora, en la distintas civilizaciones y situaciones en que la humanidad se ha involucrado y que a veces ha llegado en convertirse en rapacidad y soberbia, originando conflictos mayores, para lo cual un cristiano debe recurrir a los Diez Mandamientos y también a los Dones del Espíritu Santo para ser de su vida un gozo y no un pozo de aflicción.
Evitemos el desafecto y el deshecho tanto de ideas y de bienes materiales o inmateriales a través del estudio y de la buena práctica de obras de caridad y de buena conducta, enarbolando la bandera de la libertad que con veracidad venceremos esas inclinaciones engañosas.
Con un gran afecto,
Raymond
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